Amanda et Jake ont la vingtaine et veulent commencer une nouvelle vie ensemble à Los Angeles. Rien ne se passe comme prévu pour le jeune couple. Leur première journée dans la Cité des Anges va les emmener de déconvenues en surprises d’un bout à l’autre de la ville.

A Mat, el ser ciego, no le impide llevar a cabo nada de lo que se propone. Por eso, cuando se muda junto a su familia de Nueva York a Utah, y tras adaptarse al nuevo hogar, colegio y entorno, decide apuntarse a Wrestling. Con esta práctica de lucha, llegará a la cumbre deportiva.

Chris Vaughn (The Rock) es un soldado retirado de las fuerzas especiales del ejército americano que vuelve a su hogar natal para volver a empezar de nuevo. Pero mientras él estuvo fuera, su ciudad se convirtió en un sitio peligroso y con mucha criminalidad. Uno de los culpables de ese cambio es el acaudalado Jay Hamilton (Neal McDonough), su rival en el instituto. A Chris, que regresaba con la intención de recuperar sus viejas relaciones y construir una nueva vida, lo que se encuentra no es lo que recordaba y luchará, bate en mano, para poner las cosas en su sitio.

Todo comienza cuando Xavier Smith, también conocido como X, un joven patinador que, junto con sus colegas, controló en tiempos la pista de patinaje del South Side de Chicago, los Palisades Gardens. Pero cuando se cierran las puertas de su lugar habitual y favorito de reunión, supone el final de una era y el comienzo de otra que ve cómo los chicos se aventuran en un territorio completamente extraño para ellos: la pista de patinaje del North Side, Sweetwater, que está ahora de moda, con sus patinadores de suaves maneras y mucho dinero y sus guapísimas chicas en shorts.

Beth vient de se faire licen­cier et a toutes les peines du monde à sau­ver les appa­rences, celles d’une femme active de la classe moyenne de Los Angeles. Espé­rant obte­nir un nou­vel emploi et chan­ger ain­si sa situa­tion avant que son frère ainé Ben ne s’en aper­çoive, Beth doit rava­ler sa fier­té et renouer avec lui afin de sub­ve­nir aux besoins de sa fille Bir­dy. Ben, de son côté, n’arrive pas à avoir d’enfants avec sa femme Sta­cy, une avo­cate très deman­dée, et le couple s’apprête à entre­prendre une troi­sième fécon­da­tion in vitro. Mais Sta­cy n’est plus très sûre de vou­loir être mère.